El fragmento que vamos a analizar pertenece al capítulo
XXVI, correspondiente a la segunda parte de la obra que la crítica ha
considerado oportuno dividir en dos partes. En concreto vamos a analizar desde:
«El jueves santo llegó con una noticia […]» hasta «Una hora
antes de obscurecer salió la procesión del Entierro de la iglesia de San Isidro».
Debemos incluir a La Regenta como una
obra que está a medio camino entre el Realismo y el Naturalismo, si bien es
cierto que parecen dominar más en la obra los elementos realistas que los
naturalistas, pero estos últimos también están presentes. La Regenta constituye
uno de los principales modelos de la novela realista española.
En el capítulo XXVI, tras la muerte de
Guimarán el Miércoles Santo, trata el tema de la penitencia de Ana Ozores. Este
asunto, como vemos al principio de este fragmento, pasará a los anales de la
historia de Vetusta.
La Marquesa, Visitación, doña Petronila Rianzares
y Obdulia Fandiño se encontraban en casa de Vegallana cuando el obispo les
comunicó la decisión que había tomado Ana Ozores (la regenta) de vestirse de
nazareno para la procesión del Viernes Santo, al igual que había visto hacer a
una mujer en Zaragoza.
Vemos como todos los personajes se oponen a esta decisión de la
joven. Para ellos estaba muy mal visto que una mujer saliera en
Semana Santa vestida de nazareno y no llevara ningún tipo de calzado, ya que
era lo que había prometido que haría. No nos es extraño que Clarín nos muestre
una sociedad anclada en las viejas convicciones, ya que en las obras del
realismo esto es muy característico. Se nos muestra la sociedad de la época tal
y como es. Una sociedad en la que se pone en el punto de mira a las personas
que tienen creencias diferentes, que actúan diferente.
La abundancia de diálogos
nos permite ver cómo comenta esta noticia el resto de la aristocracia, con
críticas, envidias “La envidia crecía en su pecho”, una burguesía
donde predomina la falsedad entre sus componentes ya que en su mayoría son
amigos de la Regenta. Clarín, mediante el diálogo también, hace una descripción
detallada de la indumentaria que llevará la regenta para el evento; el color
del traje, el material, la túnica, el calzado…Esto es una característica clara
del realismo. Por último, los diálogos tratan de retratar de forma más fiel el
idiolecto de los personajes, de forma que usa un vocabulario propio a su
cultura y modo de expresión.
Al día
siguiente el día se levanta nublado, de una parte está el Magistral, que
desearía hacer brotar el sol para que Ana pueda salir en la procesión y que así
vea todo el mundo su triunfo y su poder. Por otra parte esta Ana que
interiormente desea que llueva porque está empezando a ver que no es muy bueno
lo que hará, pero lo hace por honrar a su marido.
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