jueves, 11 de septiembre de 2014

El Romanticismo


El papel que desempeña la mujer en la obra El estudiante de Salamanca.




El movimiento literario del Romanticismo transcurre en la primera mitad del XIX, movimiento en el que predomina lo artístico y lo social, y por defender la libertad de cada persona frente a las normas sociales y por el predominio del sentimiento sobre la razón. Como es el sentimiento que predomina, los escritores dedican gran parte de su obra a la mujer, a la que consideran un ser divino y por tanto un camino que lleva a Dios; así mismo es idealizada como eje central del amor, considerado este sentimiento como un principio.

. El estudiante de Salamanca es una obra de José de Espronceda, publicada en 1840. Se trata de un poema narrativo. Su argumento es sencillo e incluye el mito de Don Juan Tenorio, la locura de la protagonista, la visión de su propio entierro y la mujer transformada en esqueleto. Espronceda incluye el uso de los versos, la mezcla de géneros y un protagonista rebelde. 

Papel de la mujer en la obra "El estudiante de Salamanca".

En este comentario, analizaremos el papel que desempeña la mujer en la obra, pues es el tema elegido.
El papel que tenía la mujer en la época del Romanticismo era la de mujer "ama de casa". Tenía que atender a sus tareas del hogar , además, estaba sometida a los caprichos del hombre, que era el que tomaba las decisiones.
En este caso, la mujer "protagonista" es Elvira. 
Elvira supone el arqueotipo de "mujer romántica" sobre todo al principio de la obra. En la primera parte se ve como una mujer bella e inocente y en la segunda parte, a medida que transcurren los hechos se muestra como una mujer infeliz y melancólica, abandonada y traicionada por su amante. 
Elvira interviene en la obra seducida por Don Félix, un amor "juvenil" y lleno de dudas. En la segunda parte de la obra, se explica el sufrimiento de Elvira por este amor mencionado anteriormente; su tristeza, su locura e incluso su muerte.
Elvira


Elvira se muestra como un personaje pasivo, titubeante y expuesto a ser víctima del juego de los otros, sobre todo si los "otros" son hombres.
Elvira se deja arrastrar por amor. Un buen ejemplo de esto es cuando después de haber sido seducida y abandonada, escribe una carta a su amante anunciando su muerte.


Voy a morir; perdona si mi acento vuela 
importuno a molestar tu oído: El es, don Félix, 
el postrer lamento de la mujer que tanto te ha 
querido. La mano helada de la muerte siento... 
Adiós: ni amor ni compasión te pido... Oye y 
perdona si al dejar el mundo, arranca un ¡ay! su 
angustia al moribundo.

Elvira tenía un sentimiento de culpa y abandono, por lo que acepta su muerte.




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